11 de septiembre de 2022

La biblioteca de la #UNCo, el nido donde habita el conocimiento

Medio millar de estudiantes la visitan todos los días. La presencialidad volvió a darle vida al espacio físico, aunque muchos alumnos y alumnas prefieren seguir con servicios a distancia. Mañana se celebra el Día del Bibliotecario.

La Biblioteca Central de la Universidad Nacional del Comahue es un espacio que alimenta el conocimiento con su oferta de libros a alumnos y alumnas que la visitan a diario. Allí complementan su formación y encuentran respuestas en formato de papel, pero también con herramientas digitales, y en especial un servicio que iguala en oportunidades: conexión a internet.

Medio millar de estudiantes utilizan hoy diariamente los servicios de la biblioteca que lleva el nombre de Francisco Pascasio Moreno, pero antes de la llegada del Covid-19 supo tener el doble de demanda. También es un lugar de consulta para docentes, graduados y graduadas.

La crisis sanitaria aceleró algunos procesos que ya estaban trazados como objetivos a alcanzar: digitalización de los procesos administrativos para préstamos y devolución de bibliografía; préstamos interbibliotecarios; una web interactiva con acceso a los e-recursos internos y externos la creación del Repositorio Digital Institucional, el Portal de Revistas Electrónicas, una renovada hemeroteca, Biblioteca Patagónica y de Posgrado; Sala de navegación y la contratación de una plataforma digital comercial E-Libro, con el fin de complementar la plataforma de educación virtual PEDCO de la #UNComa y permitir el acceso bibliográfico a los estudiantes durante la cuarentena para continuar sus estudios.

“La Biblioteca será siempre el espacio de contención de nuestra comunidad estudiantil, el punto de encuentro de los estudiantes que viven en las residencias universitarias, los que viven lejos del campus y necesitan transitar algunas horas, los que necesitan conectividad para realizar sus tareas. Abrimos nuestras puertas de lunes a sábados, incluso los feriados…estamos orgullosos del servicio social que brindamos”, dijo Mirtha Mateo, directora de la Biblioteca.

Mañana se celebra el Día del Bibliotecario/a. Fue establecido por el Congreso de Bibliotecarios reunido en Santiago del Estero en 1942. Doce años después, mediante sanción del Decreto Nº17.650/54, fue instituido como «Día del Bibliotecario» a nivel nacional. Ese día se corresponde con la edición de «Gaceta de Buenos Aires» del 13 de septiembre de 1810, en la que apareció un artículo titulado «Educación» que informaba sobre la creación por la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y la designación como bibliotecarios de Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez; asimismo se nombró protector de de dicha biblioteca a. Mariano Moreno.

 

La Biblioteca de la UNCo

Entre 1990 y 1991 quedó conformada oficialmente la Biblioteca Central Francisco Pascasio Moreno en su nuevo edificio, tal como lo conocemos hoy en la UNCo. Centralizó las bibliotecas departamentales de las facultades de la sede central de la Universidad y el ambicioso proyecto de integración con el resto de las Facultades, Centros y Asentamientos Universitarios.

La Biblioteca lleva 31 años de servicio sostenido a la comunidad, pero en rigor su origen es más antiguo: fue creada el 03 de noviembre de 1964 por la Ley N°414, que también dio origen a la Universidad Provincial del Neuquén y comenzó a funcionar el 01 de abril de 1965. En noviembre de 1966 se fusionó con la Biblioteca de la Legislatura Provincial y a fines de 1972 volvió a su estado inicial. En ese mismo año y por Ordenanza N°72/72, se organizó el servicio bibliotecario y de documentación, encargado de procesar técnicamente, a través de la Biblioteca Central, todo el material bibliográfico recibido por la Universidad para después ser distribuido en las distintas Bibliotecas Departamentales, nombre genérico con el que se denomina a los centros bibliotecarios que funcionaban en Facultades y Centros Universitarios Regionales.

Mateo explicó “que antes de la pandemia circulaban más de mil estudiantes por día; ahora con este sistema bimodal (presencial y virtual) se ha reducido a la mitad”. Dijo que hace falta una actualización de material bibliográfico y precisó que hay más visitas de alumnos y alumnas ingresantes que de los últimos años de las carreras.

Adriana Acuña vicedirectora, dio detalles del convenio marco firmado con la Legislatura de Neuquén “que consiste en capacitaciones y pasantías y el desarrollo de un Laboratorio Digital con el objetivo de preservar y difundir material antiguo y documentación valiosa del archivo”. Dijo que, para ese programa, la Legislatura aportó dos scanner, uno oblicuo y otro plano, que permite trabajar con dos equipos en proyectos a largo plazo.

Mateo indicó que los estudiantes todavía no se acostumbran completamente a esta modalidad virtual. ” En nuestro pulmón principal que es el área de circulación y préstamo, se busca siempre el libro en papel, que les resulta más práctico a la hora de estudiar, fotocopiar y compartir… y después tenés a otros que leen a través de los diferentes dispositivos celulares, tablets y notebooks, pero yo creo que el libro físico no va a desaparecer nunca; por lo menos nosotros vamos a sostenerlo. De hecho, tenemos una división de encuadernación, que lleva adelante un compañero que ya es un referente en el oficio y es muy buscado para capacitaciones”, explicó la directora de la Biblioteca.

“Los cambios son lógicos y llegaron para quedarse. Se les critica mucho a las nuevas generaciones que no leen, pero lo cierto que ellos tienen una forma diferente de lectura de la cual no estamos acostumbrados. Tendríamos que ir hacia una “biblioteca híbrida” donde convivan el formato papel y digital. En pandemia esto ha permitido a los alumnos de una Universidad tan disgregada como la nuestra, continuar con sus carreras y recibirse. Es un proceso que va desarrollándose con un personal involucrado en los cambios tecnológicos. Nosotros seguro nos vamos a ir, pero los más jóvenes ya vienen con esa impronta y seguro puedo decir que ya no podemos hablar de una biblioteca tradicional”, sostuvo Adriana Acuña.

Por último, Mateo manifestó que una biblioteca híbrida “es un proyecto ambicioso, pero no imposible” y opinó que se podría incorporar en el programa de aulas híbridas que ya tiene en marcha la UNCo.

Compartir publicación

Novedades relacionadas