En el marco de los distintos proyectos que se vienen llevando a cabo entre la Universidad Nacional del Comahue, la FUNYDER y la Empresa CORDECC-SAPEM se realizó por la mañana del miércoles 16 de noviembre la entrega de presentes por parte de la Corporación de Desarrollo de la Cuenca del Curi-Leuvú en reconocimiento a la tarea realizada en el año por parte de la casa de altos estudios.
Los objetivos de las instituciones vinculadas en el proyecto es contribuir a la producción sustentable con conservación del recurso natural mediante la obtención y procesamiento de fibras animales de alto valor. La selección objetiva de animales de alta producción de fibra permite aumentar la producción por cabeza e incrementar significativamente los ingresos anuales del productor. Esta relación favorable en materia de innovación productiva + beneficio económico genera credibilidad, y resulta la base para efectivizar las propuestas asociadas de manejo de la carga animal (reducción progresiva), contribuyendo así a revertir el grave problema de la desertificación.
Este desarrollo tecnológico que se desarrolla en conjunto entre los productores y la universidad pública se basa fundamentalmente en la incorporación y revalorización de las tradiciones y capacidades del criancero del norte neuquino, junto con el desarrollo de procesos de descerdado del pelo esquilado.
Este producto resulta un complemento de la venta de chivitos, principal producción de los crianceros del norte neuquino. Gracias a la innovación tecnológica que se ha generado, las empresas textiles vieron en esta cuenca productora una fuente de materia prima variada y de calidad, tanto para el mercado interno como para generar un producto de exportación. En esta interacción, resulta imprescindible la participación de actores locales cumpliendo funciones de coordinación, acopio, clasificación y acondicionamiento.
La Corporación de Desarrollo de la Cuenca del Curí Leuvú articula permanentemente las acciones de los crianceros con el sector textil demandante, integrándose como eslabón importante a la innovación de productos y procesos según la demanda de los mercados. Participaron del encuentro el rector de la UNCo, Gustavo Crisafulli, el Vicerrector, Daniel Nataine, el Subsecretario de Vinculación y Transferencia Tecnológica y FUNYDER, Gustavo Ferreyra, el Presidente de la Corporación de Desarrollo Cuenca Curi-Leuvú, Jorge Gutiérrez, el productor, Valedmar Vazquez, el docente, Eduardo Aisen y Alejandro Mielenski, integrante de la FUNYDER.

Crisafulli expresó su alegría por el trabajo realizado y sobre todo el poder ver plasmado la teoría y la practica en el regalo recibido que consiste en un cuadro para la institución hecho con pelo caprino. Aseguró que el “fortaleciendo de las relaciones y sobre todo defendiendo nuestra producción crece la región y por ende la universidad. La industrialización de la producción local permitirá fortalecer la cultura e identidad del Norte Neuquino. Esto permite cuidar, proteger y generar nuevos puestos de trabajo como fortalecer el arraigo”, aseguró el rector.
Eduardo Aisen, integrante de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue, manifestó que esto “es producto de una idea para mejorar la producción local y siempre respetando las tradiciones locales”. “Vimos con otras instituciones la posibilidad de agregar valor a la producción local. Fuimos al recate de la tradición de los abuelos que tiempo atrás esquilaban las chivas y por otra parte acercamos tecnología al proceso de clasificación. Y también trabajamos con un dispositivo informático que nos permite clasificar el tipo de finura del pelo”.
“Este proceso lleva ya 10 años desde la primera esquila y acopio que se hizo en la localidad de Las Ovejas. Estamos viendo el punto final de una cadena productiva con alto valor agregado en los trabajos que se están realizando durante 2016”, dijo Aisen.
Por último, Jorge Gutiérrez de la Corporación para el Desarrollo de la Cuenca del Curí Leuvú manifestó que “es una satisfacción muy grande poder obtener un valor agregado de nuestra cabra criolla. Quiero agradecer a todos por la participación en este programa que hoy alcanza una meta, pero tiene un futuro muy importante”.
Al finalizar el encuentro todos los integrantes aseguraron que cuando se trabaja en esta cadena productiva, las instituciones científicas o técnicas no intervienen directamente en la producción, sino que, a través de desafíos técnicos y propuestas metodológicas, buscan que se relacione el productor con su producto, que un intermediario acopie y agregue valor, y que el sector textil, que conoce del producto y del mercado, se asocie a esta cadena. Es en esa relación comercial donde la tecnología promueve la cosecha (esquila), interesa al agente local, y estimula al sector textil a valorizar el producto es el camino en el que van a seguir trabajando.