
Por Mónica Reynoso
¿Cómo se alimentan los trabajadores petroleros? ¿cómo inciden sus horarios y jornadas de trabajo en su alimentación? ¿de qué manera afectan su salud? Éstas son algunas de las preguntas que intenta despejar una investigación destinada a evaluar la situación nutricional de quienes trabajan en el enclave petrolero más célebre de la zona, Vaca Muerta. Desarraigo, altos ingresos, sobrepeso y prevención son algunas palabras clave.
“Comida y Petróleo. Alimentación y estado nutricional de trabajadores petroleros con desarraigo en el área de Vaca Muerta, Neuquén, Argentina en la actualidad” es el título del proyecto a cargo de especialistas de la Asociación de Nutricionistas Neuquinas (ANN), mujeres todas, y acaba de aprobarse en la Universidad Nacional del Comahue. Presentado en la convocatoria 2015 de la secretaría de Ciencia y Técnica de la UNCo, cuenta con la autorización del Comité de Bioética del Neuquén.
Delia Nin, presidenta de la ANN y docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCo, explicó aspectos de la iniciativa: “Decidimos no hablar de alimentos ni de nutrición sino de comida, porque la gente come. En este caso, vamos a indagar pautas de alimentación de estos adultos jóvenes que trabajan con desarraigo familiar, como ocurre en la modalidad de extracción de petróleo y gas en todo el mundo. Vemos que en esta alimentación hay un cambio y queremos ver qué está produciendo a nivel del cuerpo, ver el proceso de salud y enfermedad en estas personas y para eso les vamos a preguntar qué comen, dónde comen, cómo comen”.
En el resumen de la presentación pueden conocerse otros aspectos de la investigación: “Vaca Muerta, formación geológica de la cuenca hidrocarburífera neuquina, requiere de una modalidad de trabajo de explotación primaria con turnos rotativos durante las 24 horas del día.
“Estudios sobre desarraigo laboral interpretan problemáticas de los trabajadores relacionadas con patologías adictivas y en sus familias con cambios de comportamiento de consumos vinculados al aumento de ingresos.
“El salario inicial del trabajador petrolero supera casi tres veces el de un docente o un empleado de comercio de la región (año 2014). Ambas situaciones, desarraigo y mayor disponibilidad económica, generarían cambios de conductas alimentarias, provocando un aumento de sobrepeso y obesidad. Se realizará una investigación cuantitativa-cualitativa sobre la situación alimentaria de los trabajadores y sus familias.
“La metodología implica una triangulación metodológica, produciendo reflexiones y explicaciones de sus múltiples dimensiones alimentarias y nutricionales. Se espera disponer de interpretaciones y análisis alimentario-nutricional de la población estudiada para posibles recomendaciones de intervención”.
El trabajo de campo a desarrollarse en el área del yacimiento Vaca Muerta se iniciaría el próximo semestre, con fecha prevista de finalización de la investigación para el año 2019.
Comer bien, comer rico.
Las autoras del proyecto -Delia Nin, Anabella Salomone, Luz Franco, Yesica Arzamendia, Soledad Inestal, Ana Bruveris y Bárbara Bruveris- comparten un enfoque sobre la alimentación que busca rescatar el valor de la comida como pauta cultural que trasciende lo nutricional. En palabras de Delia Nin, “es un acto importantísimo en la vida del ser humano y el paradigma vigente de salud lo ha transformado en una promoción saludable. Pero esto no alcanza porque el acto de comer es más que un acto saludable, es compartir, llena el alma, llena el espíritu, las ganas de estar con amigos; trae el recuerdo de la comida rica de la infancia, que en este trabajo del petróleo lamentablemente se pierde”.
Advierte que quienes se desempeñan en la actividad hidrocarburífera, “por la metodología de trabajo, pierden sabores y olores de la comida diaria de la casa y la hipótesis es que no encuentran alternativas similares y esto podría estar afectando el proceso de salud”. Explica que esta situación se verifica ya en los exámenes de preingreso al empleo y más tarde en los controles médicos: “Hay aumento importante de peso y enfermedades vinculadas con la alimentación, que no es llenarse la panza, no es saciar el hambre. La comida en el ser humano es una pauta cultural y trasciende el acto nutricional. Estas personas pueden estar desayunando o haciendo la comida que nosotros llamamos desayuno a las cuatro de la tarde porque durmieron hasta las cuatro de la tarde porque trabajaron toda la noche. Entonces hay un trastorno del proceso de alimentación que afecta la salud”.
La selección de la población objeto de la investigación se realizará por un mecanismo aleatorio por sorteo y los datos serán analizados en dos dimensiones, “una denominada situación alimentaria y nutricional del trabajador, donde se interpretarán modalidades de alimentación, historia de procesos alimentarios, características alimentarias, antropométricas y de actividad física”, y otra que comprende características alimentarias del hogar del trabajador petrolero, analizará el consumo aparente de alimentos y modalidades alimentarias. La directora del proyecto es Ana Asaduroglu, docente de Nutrición de la Universidad Nacional de Córdoba.