16 de octubre de 2014

Informe de la Escuela Superior de Ciencias Marinas sobre el varamiento de un pez luna en la Bahía de San Antonio

El presente informe fue elaborado por integrantes de la comunidad de la Escuela Superior de Ciencias Marinas de la Universidad Nacional del Comahue: los estudiantes de la Licenciatura en Biología Marina Pablo Bustelo y Dennis Landete; y Raúl González, Profesor de la materia Vertebrados Marinos e Investigador Independiente del CONICET.

Las fotografías que se adjuntan pertenecen a Juan Saad.

A continuación, se podrá leer el informe:

El día 9 de octubre de 2014 se produjo un varamiento de un pez luna en el balneario Punta Verde, sobre el canal principal de acceso de la Bahía de San Antonio. El pez luna, cuyo nombre científico es Mola mola, es un pez óseo del orden Tetraodontiformes de distribución cosmopolita, presente principalmente en mares de aguas tropicales y templadas. Se caracteriza por su peculiar forma y tamaño: su cuerpo es comprimido lateralmente y no posee escamas; presenta aletas pectorales pequeñas y redondeadas, una única aleta dorsal y una ventral opuesta a ésta de tamaño y forma similar. Carece de una verdadera aleta caudal, no obstante presenta una estructura denominada “clavus” (elemento formado por radios constituidos por dos piezas de cartílago y una última pieza calcificada) en forma de pliegue carnoso que es utilizado como timón.

Posee una boca pequeña con dos pares de dientes fusionados (similar a un pico de loro), 4 pares de branquias y una única abertura u orificio branquial. Llegan a medir hasta 3 m de longitud y alcanzar hasta dos toneladas de peso. Por lo general presentan color gris plateado, más oscuro en el dorso que en la parte ventral. Son de hábitos oceánicos y pelágicos y se alimentan de medusas, ctenóforos y salpas, aunque también se han hallado calamares, peces pequeños y larvas de peces en su dieta.

El espécimen varado en Punta Verde resultó ser una hembra adulta de 1,3 m de longitud. Docentes y alumnos de la ESCiMar realizaron una disección del mismo durante la cual se extrajeron el aparato digestivo y muestras de órganos internos y tejidos. Las muestras se conservaron para posteriores estudios de dietas y parasitología. Se realizó también un examen parasitológico de las branquias y la cavidad del cuerpo y se conservó el esqueleto del mismo para su limpieza y preparación en la cátedra de Vertebrados Marinos.

Información adicional sobre el Pez luna (Mola mola)

En la actualidad, se sabe muy poco acerca de la biología o comportamiento de los peces luna. Habitan aguas marinas pelágicas entre regiones  de subtropicales a templadas  en todo el mundo, los datos sobre la distribución del pez luna no son del todo precisos por la carencia de registros oficiales, debido a que no es una especie de importancia comercial y su muestreo es dificultoso para los científicos. Hay registros para esta especie en Uruguay, Brasil y para las costas Bonaerense y Patagónica de Argentina. En el Golfo San Matías se han registrado no menos de 7 varamientos de estos peces en las últimas dos décadas, de algunos de los cuales se han obtenido datos biológicos. Incluso se han documentado animales vivos nadando en superficie en al menos dos oportunidades.

La posición taxonómica de M. mola es actualmente discutida. En su revisión taxonómica de la familia Molidae, Fraser-Brunner (1951) identificó cinco especies divididas en tres géneros: Ranzania, Masturus y Mola. Estudios genéticos recientes han proporcionado pruebas convincentes de que el género Mola contiene dos especies: M. mola y el pez luna del sur, M. ramsayi (Bass et al. 2005).

Los M. mola son nadadores activos y son los teleósteos (peces óseos) más grandes conocidos, con longitudes totales de hasta 3 m y peso de hasta 2300 kg. Sorprendentemente, los peces luna pueden alcanzar estas grandes  proporciones con una dieta conformada principalmente de zooplancton gelatinoso como por ejemplo salpas, medusas y ctenóforos. No obstante, algunos análisis de dieta han hallado crustáceos, moluscos, ofiuroideos y peces, por lo que es posible suponer que no es exclusivamente dependiente de animales gelatinosos. Los depredadores naturales de los peces luna incluyen grandes tiburones, orcas  y leones marinos.
M. mola es famoso por ser el más fecundo de todos los vertebrados: una hembra de tamaño promedio contiene un estimado de 300 millones de huevos. Dado que estos huevos son muy pequeños (alrededor de 1 mm), el crecimiento del pez luna es asombroso: partiendo de una larva de aproximadamente 2,5 mm un adulto puede llegar a crecer hasta los 3 m de longitud, lo que  significa en un aumento de la masa corporal en 60 millones de veces. Las muestras de otolitos de peces luna han proporcionado una edad máxima de 23 años para las hembras y un máximo de 16 años para los machos.

Morfológicamente, los peces luna poseen rasgos muy particulares: el esqueleto es muy poco osificado y su  columna vertebral está subdesarrollada (posee tan solo 16 – 18 vértebras). Carecen de costillas, de aletas pélvicas y de vejiga natatoria; no tienen pedúnculo caudal y carecen de una verdadera aleta caudal. La piel es gruesa y carente de escamas, con una textura similar al cuero. Toda la superficie del cuerpo está recubierta de pequeños dentículos no superiores a un milímetro de longitud. Poseen una visión muy bien desarrollada y tienen la capacidad de mover el ojo para dirigir la región de visión más aguda hacia los objetos de interés.
Su comportamiento de buceo diurno (inmersiones de hasta 392 m) es similar al de otros peces pelágicos como el tiburón azul, el pez espada y algunos atunes. Este comportamiento está asociado principalmente a la obtención de presas. El buceo del  pez luna  a altas profundidades no es demasiado prolongado (menos de una hora), por lo que sube nuevamente en la columna de agua, comportamiento atribuido  principalmente a la hipótesis de  la poca tolerancia de esta especie a las bajas temperaturas de las profundidades o a la disminución de oxigeno con la profundidad como hipótesis secundaria. Los M. mola pueden variar rápidamente su posición en la columna de agua (aun sin vejiga natatoria), facultad que se le atribuye a que poseen una capa gelatinosa incompresible subcutánea que proporciona flotabilidad neutra y a su esqueleto cartilaginoso y muy poco osificado.

El pez luna tiene escaso valor comercial debido a que su carne no es de las más apetecibles, aunque se lo consume en algunos países.  Es uno de los peces que más parásitos internos y externos posee. El altísimo nivel de captura incidental en las pesquerías regionales en el Mediterráneo, California y aguas sudafricanas es acreditado a un aumento de la población debido al efecto antropogénico del “fishing down” (la sobrepesca de los grandes predadores naturales) y al efecto positivo que genera en el población de organismos gelatinosos el calentamiento global. En el Atlántico Norte, el pez luna llega a conformar hasta un 29 % del total de peces capturados en redes de deriva que tienen como especie objetivo el pez espada.  

San Antonio Oeste, 15 de octubre de 2014.

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